El periódico nepalí The Himalayan Times informó recientemente sobre un alpinista jordano llamado Abdul Rahim Al-Arjan, quien en octubre pasado afirmó haber escalado el pico nepalí Mera de 6.470 m. La Asociación de Montañismo de Nepal validó en ese momento la ascensión, pero ahora la invalidan al descubrir que la foto de la cima presentada por Al-Arjan era falsa. En lugar de él, aparecían otras personas en la imagen. Así, se reveló que Al-Arjan fue fotografiado a una menor altura en uno de los campos inferiores al pico.
Este caso, en apariencia trivial, destaca un problema recurrente en el mundo del alpinismo: la mentira y todas sus implicaciones. Vender logros ficticios puede llevar al alpinista a obtener beneficios como conferencias remuneradas, fama y prestigio, socavando la ética y la honestidad que deben prevalecer en este deporte extremo. La instauración de récords y la búsqueda de reconocimiento han desencadenado un ambiente propenso a la falsedad, con mentiras detectadas incluso en las cumbres más altas del mundo.
Alpinismo y transparencia
En el alpinismo, no solo importa el logro deportivo, sino también la integridad, la veracidad y la autoevaluación honesta. Sin embargo, la competencia por récords ha incentivado la proliferación de mentiras en el mundo del alpinismo. A pesar de los esfuerzos por desenmascarar a los impostores, las falsedades siguen presentes en cada temporada, poniendo en entredicho la credibilidad de este deporte extremo.
La falta de jueces y árbitros en el alpinismo ha permitido la propagación de la mentira, erosionando la confianza y la integridad en este deporte de aventura. La comercialización del alpinismo ha abierto la puerta a la deshonestidad, socavando el legado de los alpinistas genuinos que arriesgaron sus vidas en expediciones pasadas. La ética se ha visto comprometida, obligando a la comunidad montañera a replantearse sus principios y exigir transparencia en cada logro reclamado.
Desafíos para la verdad
Detectar las mentiras en las altas cumbres del Himalaya y del Karakorum es un desafío arduo, dado que las autoridades nepalíes no suelen investigar a fondo las ascensiones. La falta de denuncias entre los propios alpinistas y la complicidad de agencias turísticas en encubrir falsos logros dificultan la exposición de la verdad. Solo aquellos que siguen de cerca las expediciones son capaces de identificar las inconsistencias y las sospechas que rodean a ciertos alpinistas.

Las incongruencias en las fotos de cumbre, la falta de pruebas sólidas y la complacencia de las autoridades y agencias turísticas permiten que las mentiras perduren en el mundo del alpinismo. Es fundamental exigir transparencia y veracidad en cada ascensión, evitando así que la falsedad siga empañando la historia de este deporte extremo.
Fuente (para controlar el refrito): https://www.20minutos.es/deportes/noticia/5225204/0/las-mentiras-alpinismo/