La entrevista de Ana Pastor a Luis Rubiales ha generado controversia. El ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) abordó varios temas polémicos, pero las declaraciones más destacadas fueron sobre el beso sin consentimiento a Jenni Hermoso.
«Viendo las imágenes, no entiendo cómo alguien puede considerar eso una agresión sexual. La señora Hermoso dijo que era una relación de amistad. Un agresor no pregunta, no había nada sexual. Ella me dijo ‘vale’. Cada uno puede opinar», afirmó en El Objetivo.
Además, Rubiales mencionó el cambio de versión de Jenni Hermoso, quien inicialmente dijo que era algo entre amigos: «Ella misma dijo de inmediato que no pasó nada. Hermoso cambió su versión por ciertas presiones. Al día siguiente de regresar, volvimos a hablar con la FIFA. Solo hablé 10 segundos con Hermoso en el avión, si eso es coacción, cualquier cosa lo es».
El ex presidente de la RFEF también afirmó que la jugadora española actuó de manera «manipuladora». «Su forma de interpretar mis palabras es manipuladora. Verifiqué que ella dijo que no pasó nada, y luego unos días después cambió su versión por escrito. Luego hubo una denuncia de la Fiscalía sin previo aviso», dijo.
«Soy yo quien ha sido afectado. Mis hijas escucharon a Hermoso decir ‘es un beso entre amigos'», dijo, negando también la acusación de «coacción». «Eso es falso. No hay forma de probar que alguien de la Federación ejerció coacción. Solo intentamos hablar para coordinarnos y decir lo mismo», afirmó.
«Para mí no hay delito. Le hice la pregunta y ella dijo ‘vale’, eso es todo. Se ha difundido una brutal persecución en mi contra y hay personas que se ven afectadas por estar cerca de mí», concluyó.

Después de disculparse por el beso en una entrega de medallas, Luis Rubiales aclaró: «Cuando ganamos la Liga de Naciones di besos a todos los jugadores, a Alba en el cuello. Mi relación con Hermoso es de años atrás, de futbolista a futbolista. Fue inapropiado y lo reconozco, debí ser más frío y profesional».
«También di besos a mis hijas y no las he agredido sexualmente. Lo radical es perjudicial. Algunos radicales apoyan una opinión cuando hay dos posturas, a favor de una mujer», concluyó.