Maverick Viñales emocionado en el parque cerrado: «Creo que voy a llorar». Y, efectivamente, lo hizo ante las cámaras de DAZN. Todo por su impresionante victoria en la carrera larga. Se sinceró sobre todo.
Lloró.
«Hemos sufrido mucho. Mi familia lo sabe bien, todo el esfuerzo que le he puesto a esto al final ha sido recompensado, así que estoy muy feliz, con muchas ganas de abrazar a mi mujer y a mis niñas, que lo sufren conmigo. En Austria (2021) no sabía si parar y ahora estoy en lo alto de todo. Sólo me enseña una cosa, que no hay que darse por vencido, hay que confiar en uno mismo y seguir creciendo. Esto ha sido una hazaña histórica y quiero dar las gracias a cada persona que me ha dado su fuerza porque ha habido momentos en los que he querido tirar la toalla, pero siempre he tenido el apoyo suficiente para seguir creyendo y seguir queriéndome levantar cada mañana para darlo todo».
Remontada.
«Lamentablemente, esta mañana he tenido un problema con el embrague y el equipo no estaba seguro de si iba a funcionar bien y, efectivamente, no ha funcionado bien. Pero luego me he concentrado, sabía que la goma media a mí me funcionaba súper bien. Esta mañana ya sin apretar mucho he hecho 2:02.3, eso significaba que en carrera tenía ritmo suficiente para ir para adelante, pero no para hacer lo que he hecho hoy. Ha sido… a veces siento que hago magia y hoy ha sido uno de esos días».
Batman.
«Es un juego, pero detrás de ello hay mucho sacrificio, muchas noches largas de pensamientos y por esto merece la pena darlo todo y jugarse el todo por el todo».
Paciencia tras verse el 11º.
«En la salida estaba muy concencido, tenía mucha convicción en llegar primero a la primera curva. No esperaba que Pedro saliera tan bien, porque ayer no hizo una gran salida. Intenté cruzarle la trayectoria, pero Pecco entró y me echó para fuera. Una vez estaba décimo, viendo las sensaciones que tuve en el ‘warm up’, me he dicho: ‘Tranquilo, Maverick, 20 vueltas, un piloto a cada vuelta’. Eso he intentado, concentrarme al máximo, no ir sobrecalentando la goma porque veía que, sobre todo, en frenada, me acercaba mucho a la gente y no tenía que calentar la goma trasera. He esperado mi momento, sobre todo, paciencia y convicción ha sido lo que me ha hecho no cometer ningún error. Cuando pasaba, pasaba. El único error que he cometido ha sido con Miller, que me la ha devuelto, pero le he forzado a irse largo. Desde atrás se puede y hoy creía con todas mi fuerzas».
