Los obispos y religiosos españoles se sienten «engañados y ninguneados» por el Gobierno en relación a la gestión de la pederastia. Tanto la Conferencia Episcopal Española como la Conferencia Española de Religiosos muestran decepción y enfado con la actuación de Moncloa, especialmente con el ministro Félix Bolaños. El Gobierno busca deslegitimar el plan de reparación a las víctimas de abuso de la Iglesia, generando un conflicto con la cúpula eclesial.
El Ministerio de la Presidencia convoca reuniones de urgencia con asociaciones de víctimas y lanza amenazas a la Iglesia para imponer su control en el proceso de reparación. La Iglesia ha trabajado en un plan integral para indemnizar a las víctimas de abusos, pero el Gobierno busca imponer su sistema de reparación, generando tensiones con los obispos.
A pesar de las presiones gubernamentales, la Iglesia no detendrá su plan y sigue dispuesta a colaborar con el Gobierno en el proceso de reparación. Los obispos recuerdan que, según los acuerdos Iglesia-Estado, no pueden ser obligados a ajustarse al protocolo del Gobierno. La situación se torna cada vez más tensa entre ambas instituciones en medio de la lucha por el control y la legitimidad en la gestión de los casos de abuso.