La parte del presupuesto familiar que destinan los hogares españoles a cubrir los gastos de vivienda (alquileres y pago de suministros) y alimentación se redujo en 2023 hasta el 48,1% -desde el 48,5% de 2022- a pesar de la inflación disparada del precio de los alimentos y gracias a que la de la electricidad se contuvo con respecto al año anterior. Sin embargo, ese leve alivio no se produjo en todos los hogares: aquellos que se encuentran en el primer quintil de renta (el quinto de la población con menos ingresos) tuvieron que incrementar el esfuerzo que hacen para asumir estos gastos básicos.
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